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Defectivos

No me gustan los odios. Ni la sensación de detestar a nadie. Pero a veces los odios andan sueltos en algunas direcciones. Los motivos suelen ser pocos: las malas intenciones, la inquina, la mezquindad  o lo soez. Es muy alto el nivel de exposición que tenemos los maestros y maestras. Es el resultado de las familias que están descontentas con su modo de crianza. Y es que, como madre, reconozco que no es fácil. Desgraciadamente, en el gremio del magisterio nos llueven a menudo los motivos, pues granizan las descalificaciones y nievan los cuestionamientos. Lo he expresado a propósito con verbos defectivos. No sé si por plasmar una indirecta o porque justamente, mis alumnos, lo están estudiando en estos días. 

Me voy encontrando

Imaginas todo tipo de sufrimiento . Ninguno se parece a este. Imaginas desgarros en las entrañas. Pero no quedan espacios en blanco que den cabida a más. Te miras en el espejo y sueñas lo que ha sido pero ves lo que es. Lo tienes ahí delante, a cierta distancia, justo enfrente, recordándote que no hay pena insufrible ni herida perenne. Una noche rara de abril me "desencontré". Y en estas noches tristes de otoño, borrando trazos del verano, me voy encontrando.

Alérgico a los chistes

María se acerca llorando y repitiendo que ella no lo sabía. El amigo que va delante grita desesperado: - Jooo María, lo zabes perfectamente... zabes que z oy alérgico. Y un pequeño coro infantil repite con insistencia que eso que el niño apunta es cierto. - Es muy alérgico, muy alérgico.... María se esfuerza en explicar que no lo ha hecho a propósito y que no quería hacerlo. Y lágrimas de pena resbalan por sus mejillas. Doblo las rodillas y me pongo a la altura de todos mientras pregunto con algo de susto: - ¿Alérgico a qué?- las alergias pueden ser muy peligrosas en un centro escolar, me digo. El niño me cuenta que es alérgico a los chistes y no puedo evitar reírme a carcajadas. Pero él sigue muy serio narrándome la historia de su extraña dolencia.  De todo lo que me cuenta, deduzco que un día en su casa, se rió tanto con un chiste que se golpeó la frente y le salió sangre. Así que, desde entonces, se considera terriblemente alérgico a los chistes. Insisto un poco e...

Una ficha aburrida

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Una ficha aburrida. Se van sucediendo, una tras otra. Las mismas copias y las mismas frases absurdas.  Balduino besa a Belén. Isabel bebe batido. Bernabé tiene bigote. Corrijo alguna letra torcida. Señalo algún punto al final de frase. Marco la c de alguna maricita . Y me dejo llevar por la apariencia de los trazos, la presentación, la limpieza... Me acongoja la sensación de estar perdiéndome  la creatividad, las opiniones y la persona que cada uno de mis alumnos lleva dentro. Me agobia participar en este injusto y limitado sistema educativo. Intento compensar la pobreza de estas actividades con otros momentos del día, con otros contenidos, buscando otros intereses. Y no es que crea que la letra y su grafía no son importantes. A menudo, y con gestos teatrales, insto  a mis alumnos a corear un - ¡Qué buscamos! - ¡La perfección!  responden.  Y nos reímos, porque ni ellos, ni yo, ni nadie se acercó todavía a la perfección. Voy señalando con rojo, tal y ...

La lacra del magisterio

Que los padres opinamos sobre la educación de nuestros hijos es algo evidente e incuestionable. Que todo, todo, lo que nos dicen de ellos no nos gusta es también verdad. Y que los conocemos mejor que nadie es innegable. Voy a relatar una pequeña historia. Esta vez no es en primera persona. La profe Marta tiene ya algunos años de experiencia. Le gusta su trabajo y dedica mucho de su tiempo personal a preparar clases, buscar recursos y hacer muchas de esas cosas que hacemos los maestros.  Por eso me resulta raro que  reciba una nota negativa en la agenda de una alumna. Su mamá opina sobre su autoridad en el aula, la calidad de las clases y las causas del mal comportamiento de su hija. La causa es la maestra, ¡está claro! Y tiene la osadía de escribirlo todo sembrado de faltas de ortografía y redacción cuando está presumiendo de su licenciatura. Ella era igual que su hija pero finalmente se licenció, viene a decir. Que la nena en cuestión sonría, v...

Para poder hablar

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En clase de lengua y matemáticas de primer ciclo queremos aprender de forma cooperativa. Es por ello, que lo primero que debemos controlar es el ruido. Por eso hemos convocado un concurso de señales, ruidómetros, vocímetros...  Su finalidad es permitirnos hablar a todos de un modo ordenado, tranquilo y sosegado. La participación está siendo increíble. No nos inventamos nada nuevo. El que dude que consulte las bases del Aprendizaje cooperativo de la Universidad de Alcalá de Henares. (Profesor J. Carlos Torrego) Porque para poder hablar hay que saber cómo. Para poder hablar hay que saber cuándo. Para poder hablar hay que saber hacerlo sin gritar.

Cuando me crucé con gente gris

A menudo me lo planteo,  ¿cuales pueden ser los motivos por los que algunos de alumnos aprenden de un modo tan rápido y eficaz y otros, sin embargo, tardan más o no consiguen adquirir de una forma "limpia" los mismos aprendizajes? En mi gremio aplicamos algunos criterios de autoevaluación y revisamos el modo de impartir las clases, la velocidad, la cantidad de contenidos introducidos en una semana, las actividades y los horarios. Mis alumn@s suelen apreciarme.Y yo a ellos. Normalmente, establecemos pactos afectivos para que todos estemos contentos y se alcancen los objetivos mínimos que exige la normativa. Sin embargo, los resultados no son siempre los mejores. Así que, es necesario que los maestros estemos dispuestos a  aceptar la necesidad de formación y aprendizaje. Técnicas, trucos, repeticiones, mecánica, creación. Un poco de todo. Así, se sabe que hay alumnos que funcionan mejor inventando. Otros responden muy bien a las explicaciones. Algunos no lo entienden hasta ...