miércoles, 5 de junio de 2013

Prueba LEA

Sus caritas atónitas me lanzaban mensajes de auxilio al entrar al aula, mirando sus mesas, normalmente en equipos de cuatro, separadas y colocadas en ordenadas filas de uno. ¿Hemos hecho algo?, preguntaba alguno. Les he explicado  que iban a realizar la prueba LEA, esa de la que ya les había hablado alguna vez.
He empezado a darles instrucciones de cómo debían comportarse en las siguientes dos horas. Al escribir la primera norma en la pizarra he puesto un NO podemos pedir que nos repitan algo del dictado... Ufff!!! mal voy, me he dicho a mi misma. Clima de tranquilidad, responsabilidad y trabajo, me he repetido y me he repetido y me he...repetido.

La siguiente indicación ha sido escrita en positivo; podemos esperar, podemos repasar...y de esta forma he llenado la pizarra. Después les he recordado cosas básicas sobre cómo se escribe una historia, la mayúscula después de punto, punto y aparte, colocación de unidades, decenas y centenas, leer los problemas despacito, señalar los datos, tener el lápiz afilado...
Me he fijado en Sergio, un niño diez, de esos que solamente necesitan a su maestra a modo de guía. Estaba apretándose las sienes con las manitas y tenía los ojitos abiertos de par en par. Le he preguntado si estaba nervioso y me ha dicho que sí, que lo estaba. Le he explicado que ese control no lleva sus nombres y que, en realidad, a quién iban a poner nota era a mi. Pero alguno más ha levantado la mano y ha dicho, tímidamente, que también estaba un poquito nervioso.
- He sido vuestra maestra en primero y segundo y quieren ver cómo lo he hecho. Pero yo estoy muy tranquila porque sé que lo vais a hacer todos lo mejor que podáis.
Entonces he mirado fijamente a una de mis marujillas, una de esas frescales, segura de sí misma, resuelta y decidida.
- Sofía, ¿a que tú vas a dar lo mejor que tienes?, ¿ a que puedo confiar en ti?
- Sí, claro, ha contestado ella con menos decisión de la que yo esperaba.
Entonces he hecho una ronda de preguntas similares y se han ido animando a tranquilizarme. Todos me han asegurado que se iban a esforzar mucho para dejarme en muy buen lugar.
- ¿Te puedes quedar sin trabajo? , me ha preguntado alguno.
- No...bueno...eso espero...
He sido un poco mala y les he recordado esos fallitos que tienen, y lo he hecho de forma individual y personal.
- Manuel, no intercales mayúsculas, Marina, escribe despacio y no te comas letras, Sergei, usa la letra q, Javier, haz la letra grande, Nerea, anota le llevada, Lydia, que esté todo limpito... Así, uno a uno.
He marchado confiada. Algo agobiada por no poder estar con ellos y lanzando besos y guiños a todos.
Estoy muy contenta, simplemente contenta. Se han portado tan bien y han sido tan mayores!!!

5 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. Teniendo una profe como la que han tenido la gran suerte de tener estos dos años, seguro que cualquier prueba la superan.

    Gracias Mar. Te vamos a echar mucho de menos.

    ResponderEliminar
  4. Cuando un grupo de niños tienen una gran maestra, se consiguen grandes logros.

    Te echaremos de menos.

    ResponderEliminar
  5. Seguro que los resultados son estupendos Mar, eres una gran profesional.

    ResponderEliminar