Aquí dejo otra de esas joyas que se encuentran por estos lares...un cuento muy tierno y educativo. Lo he encontrado husmeando por ahi, y, como veis, es un texto de Rocío Sanz con ilustraciones de Gonzalo Rocha. Es un cuento de la bibliotecadigital Colibrí, hecha en México. Para leer en clase ¡es una auténtica joya! Había una vez una palabra descontenta. Muy descontenta. Era la palabra PERO . Pincha aquí y sigue leyendo
De cómo decidí explicar a mis alumnos y alumnas la norma ortográfica que dice que los números se escriben con v. En el País de los Números todo está muy limpio y ordenado. De todos es sabido que son muy organizados. Forma parte de su naturaleza. Cada cosa en su lugar y en su justa medida. Los números se suman, restan, multiplican o dividen con exacta precisión. Las líneas de los polígonos, ya sean abiertos o cerrados, comienzan y terminan en el cardinal exacto, ni un milímetro más, ni un centímetro menos. Los ordinales se corresponden sin ningún margen de error, lo mismo en un bloque de pisos que en una carrera de caballos. Incluso los romanos, que ya van peinando canas, se agrupan y emparejan con lógica aplastante. Muy distinto es el País de las Letras. Ellas cambian a menudo de traje o de peinado. Todo allí es sorprendente. La letra a es arial, helvética, times o courier según mejor le convenga. Las haches, uves y pes se visten de cursiva para ocasione...
Imaginas todo tipo de sufrimiento . Ninguno se parece a este. Imaginas desgarros en las entrañas. Pero no quedan espacios en blanco que den cabida a más. Te miras en el espejo y sueñas lo que ha sido pero ves lo que es. Lo tienes ahí delante, a cierta distancia, justo enfrente, recordándote que no hay pena insufrible ni herida perenne. Una noche rara de abril me "desencontré". Y en estas noches tristes de otoño, borrando trazos del verano, me voy encontrando.
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