sábado, 25 de febrero de 2012

Cumpleaños Feliz

A las puertas estoy ya de cambiar de década. ¡ Con lo lejos que parecía estar este momento !
Tengo a los míos preocupados porque les he pedido una fiesta sorpresa. Así de chula soy yo.

Ando revuelta, no creáis. Una ciática que no perdona, un estado de dieta permanente para mantener mi talla, cremas por la noche, por la mañana, mascarilla los viernes (los que me acuerdo)...y un mirarme al espejo de vez en cuando para reconocerme.
Es tan largo el camino y tan breve el tiempo que tenemos para recorrerlo...que intuyo que el resto pasará igual de rápido. En un suspiro. Y me queda, como a todos, la constante de que no doy para todo. Ironía cruel...pues el reloj no existe  de un modo natural...

Soy de las que disfruta de no hacer nada. Sentarme a mirar, a pensar, a recordar o a inventar. Sin embargo, a veces me acompaña la sensación de inconformismo, o de culpa.
Lucía se queja desde que tenía tres años de que le ha tocado en el reparto una mamá pensante...ausente, quiere decir, muchas veces sin hacer nada, y tan metida en ese papel estoy, que no respondo bien a sus estímulos, y no me concentro para jugar a las muñecas, a médicos o a maestras...
Y lo asume...pues no hay más.

No obstante, me consta que lleva una semana preparando algo que me va a encantar y que ni me imagino...en palabras de ella. Me guiña el ojo de vez en cuando y sacude su mano para demostrar que se trata "del  no va más". Aprovecha esos ratos de ausencia que tiene su mamá pensante para trabajar en algo que seguro estará muy elaborado y que será de lo más artesanal.
Y ya me tiene convencida. Solo con su existencia tengo un regalo diario.

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