lunes, 18 de junio de 2012

El síndrome de la bofetada o de la fresa

Al cole llegó un aviso de sanidad que nos advierte de un virus que provoca dolor de tripa, algo de fiebre y una erupción en el cuerpo y principalmente en la cara. El síndrome de la bofetada se llama. Así que llevamos ya un tiempo con algunas ausencias y con algunas caritas coloradas como si, efectivamente, les hubieran dado un par de bofetadas.

- He tenido la bofetada, profe, por eso no he venido a clase- me dicen algunos de mis alumnos de vez en cuando.
- Me ha entrado la bofetada esa! - dicen otros
- ¡Ayyy! Bofetada la que te daba yo- me río - Pero yo no he sido, eh? A mi que me registren.

Es algo muy contagioso, por lo que lo arrastraremos seguramente hasta final de curso. En pacientes normales no presenta ningún riesgo, pero afecta a embarazadas y a personas con enfermedades crónicas de forma más seria. Así que uno de mis amores, y por su delicada salud, se ha despedido ya de nosotros.
Lloré al abrazarlo y lloró él conmigo, quizá por empatía o por simpatía, porque, con siete años que tiene estaba celebrando el adelanto de las vacaciones.
Al resto de mis amores les he dicho que, a partir de ahora, le vamos a llamar el síndrome de la fresa, que es un nombre  más bonito y más propio de niñ@s. Y me despediré de ellos el día 26 tratándo de reir recordando estas conversaciones de fresas y bofetadas para no echar ni una lágrima.




No hay comentarios:

Publicar un comentario