viernes, 13 de septiembre de 2013

Moriré primero

El día que yo me muera no te veré. Ese día cerraré  los ojos y desapareceré. No quiero llantos ni dolores. Quiero una fiesta en mi memoria. Quiero que hables de mi y que me escuches cantar, aunque esté muerta. 
El día que yo me muera no espero flores, ni palabras de desconsuelo. Quiero que mires de frente y camines. Quiero que tomes todas las manos que te ofrezcan y que mires a los ojos de la gente. Quiero que escuches atentamente cuanto te digan de mi, y tomes nota, para nunca fallar mis fallos.
El día en que me marche debes ser valiente. Seguirás sembrando mi huerto aunque yo no esté. Guardarás mis bienes que están todos en ti. Los protegerás de la amargura. Decidirás la forma en la que vas a recordarme. En ese instante, aunque esté ida, surgirá en tu gesto mi sonrisa, nacerá de tu andar algún camino que fue antes mío. Conservarás por siempre mi legado, hasta el final de tus días, para que muera contigo cuando no estés, para que quede ya, sólo tu esencia.

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