lunes, 16 de septiembre de 2013

Adiós colegio, adiós

Extiendo mis carpetas y mis cajas de cartón por el suelo de la habitación y escojo materiales que me pueden servir en este nuevo curso. Aparecen algunos dibujos dedicados, poemas, flores espachurradas entre las hojas y alguna ficha extraviada sin terminar, repleta de letras y trazos infantiles. 
Me pongo en orden y trato de tirar algún papel, pero todo vuelve a su sitio. Cada cosa en su lugar. Todo menos yo que estoy en periodo de adaptación, procesando información y cambios. Como un perrito sin dueño. Expectante.
- Deberes los viernes (vaya hombre, soy contraria, pienso)
- No ponemos nota numérica (¡vaya por dios!)
- Hay fichas de lectura (¡toma castaña! vaya castaña lectura...)
- ¿Cómo piensas trabajar con la niña marroquí que no habla español y que acaba de llegar? (esto...pues no lo he pensado, pero...¿quién eres tú?...encantada...pienso)
¡Ay, mi madre! Pero es que hay más ¿Más? ¿Cómo he podido sobrevivir todo este tiempo sin nadie que me alumbrara? (Es broma)
- El patio cuando llueve, ¿sabes cómo va? Te quedas con tu clase y vendrá alguien un rato para que te tomes un café. Pero ni rato ni alguien encuentran mi clase y esa mañana no hay café.
- Profe, ¿puedo o no puedo?...- Pues no sé bonita...- ¡Pero es que me han dicho que le pregunte a una profe! (asombro) - Ya...- respondo.
Mis mañanas van a estar repletas de "Tú lo que tienes que hacer es..."bienintencionados, lo sé... pero resoplo (siempre hacia adentro, fui a un colegio de monjas)

Echo mucho de menos a mi gente, las caras conocidas, lo imperfecto, lo mejorable, los proyectos inacabados, mis espacios, lo mío...
Echo de menos la seguridad, saber en cada momento cómo proceder. El colegueo y las bromas de los viernes. Los libros, las ventanas, las llaves, la arena del patio, el charco, la puerta que no ajusta, el banco de la calle, la máquina de café, que me falte material, subir y bajar escaleras.
Este curso me propongo no permitir que me invadan los afectos. Construir una coraza. No enfadarme. Hacer como que no sé. Fingir que no he hecho esto antes. Intentar no imponer los criterios que ya tengo claros, estudiados y meditados. Enterraré el hacha de guerra. Miraré para otro lado. No me señalaré. No me convertiré en minoría. No protestaré. No me pronunciaré.
Por el contrario diré que sí. Me sumaré a la mayoría. Obviaré ideales cuando sea necesario. Aprenderé de nuevo. Creceré. Y al final, probablemente ceda. Habrá emociones.
Pero echaré de menos el Colegio García Lorca, de Alcalá de Henares...con todo y sus imperfecciones...

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