jueves, 22 de mayo de 2014

Cuando el esfuerzo se convierte en un no puedo

Sumisa, conforme, resignada, aburrida, inapetente, mediocre, desanimada, sin alma, deprisa, sin mi, ajena, distanciada, cumplidora, fichando, minada, sin entusiasmo. 
Así me quieren, sí, así me quieren. Así me tienen.
Pero yo llegué rebelde, luchadora, divertida, con ganas, brillante, animada, con cuerpo y alma, lentamente, presente, cercana, llegando más lejos , sin horario, crecida, entusiasmada.
Así me tuvieron, sí, así me tuvieron. Así me quiero.
Y todos los me tienen pudieron esta vez más que el me quiero. Y me escondí. Le di la espalda a todo lo  impuesto. Al cambio poco razonable, lejos del sentido común. Y la fuerza se sumó al no puedo. 
Y yo no quiero y me rebelo y me juzgo y me dejo llevar. Y me escondo.
Y cuando el esfuerzo se convierte en un no puedo es muy difícil convencer a nadie de lo contrario. Porque eso de que querer es poder es una mentira muy grande que nos dijeron de niños para evitar rendiciones. Porque a veces queriendo, uno no es querido. Y cuando sin querer fluye no has hecho esfuerzos. No hay más que inventos en esto de quiero solo un intento.

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